Exactamente con la misma cantidad de pilotos que había dicho presente cinco semanas antes en Paraná, el TC 850 volvió a rugir, esta vez en la otra orilla de Entre Ríos. El autódromo de Concordia fue el escenario que recibió a la categoría con los brazos abiertos… y con la historia lista para ser escrita, con Pablo Morales de primerísimo primer actor. La categoría corrió en carácter de invitada, compartiendo escenario con las cuatro divisionales de ASME, y las correntinas de Fuerza Libre Internacional y Fiat 1.4, convocantes de una gran cantidad de público, el mayor de mucho tiempo a esta parte en ese escenario con la presencia de especialidades entrerrianas.
En ausencia de Fernando Fusaro, la parrilla se vio compensada por el esperado regreso de Exequiel Rolon, mientras que el equipo Schneider-Morales prometía ser protagonista desde el minuto uno. Y lo fue.
Gabriel Schneider, compañero del ganador, marcó el pulso desde la clasificación: se quedó con el mejor tiempo y se perfilaba como gran candidato. Pero la fortuna tenía otros planes. En su serie, el motor dijo basta y lo dejó a pie, obligándolo a mirar desde afuera cómo su coequipier tomaba la posta. Pablo Morales no solo heredó esa batería, sino que la transformó en un primer golpe de autoridad. El otro ganador de serie fue el ex campeón Alejandro Cisneros, que buscaba ser protagonista.
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Y vaya si lo fue. La final los tuvo a los dos —Morales y Cisneros— en el centro de las miradas. Pero entre ellos emergió un tercero que encendió aún más la tensión: Román Fontana, que se metió con decisión entre ambos, incomodó a Morales y hasta amagó con cambiar el destino de la carrera.
La batalla fue de alta tensión, hasta que el ingreso del auto de seguridad alteró todo el escenario. Lo que parecía controlado pasó a ser incierto. El ritmo, la estrategia, los nervios… todo se reconfiguró. Pero Morales no perdió la calma. Ni antes ni después del relanzamiento. Mantuvo la punta con temple y técnica, y recibió primero la bandera a cuadros por segunda vez en finales de TC 850.
LA PRIMERA DE MORALES, 3 DE AGOSTO 2019
LOS 7 QUE REPITIERON PRESENCIA EN EL 2° TRIUNFO DE MORALES
Ramiro Albisu, Martín Miraglio, Maxi Turano, Rubén Degeneve, Román Fontana, Rodrigo Miraglio y Mariano Mendiburo.
La vuelta 10 parecía cerrarse con normalidad, pero todo cambió en segundos. El auto de Néstor Guerrero quedó detenido en plena horquilla, a escasos metros de completar el giro. La escena no admitía dudas: bandera amarilla, ingreso del equipo de rescate… y el pace car en pista. Restaban solo dos vueltas. Dos disparos finales para decidir todo.
En la penúltima, el ambiente se volvió irrespirable. Cisneros, decidido a no guardarse nada, le tiró el auto por adentro a Fontana en el curvón interno. Fue un manotazo de ambición pura. Pero Fontana no se achicó. En la última vuelta, en la curva 2, respondió con la misma moneda: por adentro, le arrebató nuevamente el segundo lugar. Sin embargo, la gloria le duró apenas un suspiro.
Porque tras esa maniobra, y en plena batalla, Fontana terminó en trompo. El toque de Cisneros fue determinante. Mientras Fontana quedaba fuera de todo, Cisneros cruzaba la meta en la segunda posición. Pero la historia no terminaba ahí.
Pablo Morales, mientras tanto, había aprovechado el caos con sangre fría. Se escapó con autoridad y firmó su segunda victoria en la especialidad, otra vez en el trazado de Concordia, el mismo que lo vio ganar aquella vez… un sábado de gloria que vuelve a repetirse.
El incidente entre Fontana y Cisneros fue revisado, y la sanción llegó como un mazazo: reubicación de Cisneros detrás de Fontana, que tras el abandono cayó al puesto 18. Con ese resultado, perdió también la punta del campeonato que había acariciado con el segundo lugar. Duro. Implacable. Así es el automovilismo.
El podio, finalmente, se completó con Rodrigo Miraglio, quien heredó ese lugar tras la sanción. Fue un podio especial: adelante había quedado su hermano Martín, motorizado ahora por el Pablo García Competición, con quien compartió gran parte de la carrera, girando como en espejo, en una sintonía casi fraternal.
La batalla por el cuarto puesto fue una sintonía de maniobras al límite y corazones al borde del estallido. Pero Rafa Naibert salió indemne, logrando imponerse en un grupo feroz donde Martín Aldas, Maxi Turano, Marcos Franicevich, Gonzalo Salas, Ramiro Albisu y Alejandro Cuestas completaron un top ten de lujo, digno de una categoría que volvió a ponerse en lo más alto del espectáculo.Pero el nombre del fin de semana fue, sin dudas, Pablo Morales. Porque no solo se llevó el segundo capítulo del año con una actuación contundente, sino que también logró lo que hasta aquí le había sido esquivo: quedarse con la cima del campeonato de TC 850. Por primera vez en su carrera, lidera la tabla general, y lo hace desplazando a Fabio Todone, que venía de ser 3º en su serie, pero se quedó con las manos vacías tras abandonar prematuramente la final.
La emoción no se apaga y ya se asoma lo que viene. Pocos días después de la electrizante presentación en Concordia, llegó la confirmación: la tercera fecha será en Gualeguaychú, el 17 y 18 de mayo, compartiendo escenario con las dos clases del TC del Litoral, Citroën Competición, y las tres divisionales del Karting de Asfalto Gualeguaychú.
Una cita imperdible en una ciudad que respira automovilismo, donde el TC 850 volverá a demostrar porque se ha ganado un lugar privilegiado en el corazón del deporte motor entrerriano.